BIOCONSTRUCCIÓN

En los últimos años, se nos ha presentado a la arquitectura bioclimática como una revolución del avance social y tecnológico de nuestros tiempos cuando, como en muchos otros aspectos, lo único que debemos hacer es echar la vista atrás y reflexionar en lo que hemos ido perdiendo del legado cultural de nuestros antepasados a la hora de construir de manera sensata y objetiva de acuerdo a nuestro emplazamiento. Al rendirnos paulatinamente a las comodidades y las promesas de una vida más fácil y confortable de los sucesivos adelantos técnicos, de materiales y de instalaciones, nos hemos abandonado muchas veces de manera hedonista y con una indolente falta de ética medioambiental, a modas constructivas energéticamente insostenibles, mantenidas y no siempre, por malabarismos estructurales e infografías grandilocuentes y a planteamientos funcionales que poco tenían que ver con el archiconocido argumento proyectual de “integración en el medio circundante” o “...fundido con su emplazamiento”.

       La arquitectura popular representa la adecuación perfecta entre el clima, las necesidades humanas y la construcción sostenible y por ello se puede considerar como la primigenia y básica arquitectura bioclimática. Nuestra convicción en el uso de los recursos actuales que garanticen la viabilidad de las generaciones futuras, nos dirige hacia el ejercicio profesional responsable de una Arquitectura Bioclimática. Representa el empleo, uso de materiales y sustancias con criterios de sostenibilidad. Es el concepto de gestión energética óptima de los edificios, pensados de manera sencilla pero eficiente, mediante el uso de energías tradicionales más eficaces junto a las renovables, (pasiva o activamente), su integración paisajística, empleo de materiales autóctonos, siguiendo los criterios ecológicos y de ecoconstrucción (sistemas constructivos respetuosos con el medio ambiente y adaptados geográficamente).

 

          El objetivo de la construcción ecoeficiente, pasa por las reducción de nuestra dependencia de los combustibles fósiles, en claro signo de agotamiento, y por un aprovechamiento de los recursos naturales. Un edificio ecoeficiente satisface de forma equilibrada las necesidades del usuario y el medio ambiente, además de consumir menos recursos energéticos y reducir la contaminación al no emplear productos tóxicos, disminuyendo así los residuos generados en la construcción.

 

                                             Ecoeficientes: capacidad de generación de la energía que consume.

 

          La construcción ecoeficiente es la que integra la arquitectura, el paisaje, el agua, las condiciones climatológicas locales, aspectos sociales y económicos, los sistemas de transporte y la que consume poca energía. Son edificaciones que siguen un proceso de construcción más limpio, sin materiales tóxicos ni contaminantes, con reducción en la producción de residuos, y que incluyen elementos que aseguran un mejor aprovechamiento de los recursos, fundamentalmente energía y agua. 

         Como arquitectos, nuestra máxima finalidad es conseguir que las edificaciones proyectadas, sean ecoeficientes y bioclimáticas,  consiguiendo de esa forma un ahorro energético importante. Y esto se puede conseguir desde varios frentes integradores:

  •  Edificios Ecoeficientes, promoviendo la construcción de edificaciones que reduzcan el consumo de recursos energéticos y la contaminación. Analizando las técnicas arquitectónicas actuales y tradicionales para conseguirlo, estableciendo las medidas pasivas más eficientes, combinadas con los sistemas de producción de energía renovables. Nuestra estrategia arquitectónica de diseño se encamina a conseguir espacios confortables que integren el bienestar de nuestros clientes con las máximas prestaciones y el respeto por el medio ambiente.
  • Aprovechamiento de recursos naturales hídricos. Sabedores de la importancia, sobre todo en el ámbito rural diseminado, de los sistemas de recogida y acumulación del agua de lluvia, así como los de depuración, potabilización y reutilización de aguas usadas o provenientes de pozos subterráneos,  investigamos y nos formamos en todo tipo de gestión y desarrollo de proyectos para que en estos casos, se pueda disponer de agua para el consumo y riego. 
  • Materiales ecológicos. Los avances científicos se ponen al servicio de una construcción sana, ecológica y lo menos contaminante posible. Ponemos nuestro interés en el uso de materiales que han seguido un proceso de elaboración respetuoso y con sellos de calidad medioambiental.
  • Sistemas de Generación de Energía. Debido a la importancia de los consumos energéticos y a su incidencia directa en la economía, realizamos un estudio pormenorizado de la gestión energética de los edificios. Como profesionales expertos en la Eficiencia Energética, buscamos desarrollar proyectos que integren los sistemas tradicionales de producción de energía más evolucionados (mayor eficacia y rendimiento), con los sistemas de producción de energía renovables: Solar fotovoltaica o térmica; Climatización mediante Geotermia; Calefacción mediante Biomasa, etc. 
  • Gestión integral del proceso de instalación. Independientemente de que se encuentre su edificación en el ámbito urbano o rural, podrá disfrutar de un modo sostenible de todas las comodidades y confort. Nuestro objetivo, es ofrecer un servicio en estrecha colaboración con empresas y profesionales del sector de energías renovables y suministros, para asesorarle y supervisar todo el proceso de selección, ejecución y puesta en funcionamiento de las instalaciones que mejor se adapten a las necesidades de los clientes.

                    La inversión en medidas para la reducción de la demanda de energía e instalaciones energéticamente eficientes en los edificios, así como en soluciones de generación de energía para el autoconsumo mediante energías renovables, muchas veces no cuenta en el inicio de un proyecto con la aprobación de los clientes por el gasto que supone en comparación con otras técnicas comunmente más extendidas a base de combustibles fósiles y de consumo eléctrico. Sin embargo, lo que siempre intentamos hacer ver, en la medida de las posibilidades de quienes nos consultan, es, no sólo el valor ambiental que supone la reducción drástica de las emisiones de CO2 a la atmósfera y del consumo de energía primaria basada en electricidad y combustibles fósiles, sino sobre todo, la ventaja de confort lumínico, térmico y ambiental más homogéneo y constante durante todo el año y del considerable ahorro económico progresivo frente a los sistemas anteriormente mencionados, desde el primer momento de su implantación. Las facturas eléctricas y de gas, así como el consumo de agua, disminuyen cualitativamente gracias a la optimización de los sistemas y su incorporación de soluciones para el seguimiento, evolución, control y gestión de los consumos, mediante TICs (Tecnologías de la Información y Comunicación).

          En cualquier caso, cada vez son más las personas que optan por invertir en arquitectura “sensata” y en sistemas basados en energías renovables con gestión tecnológica:  

          - Comunidades de propietarios que deciden mejorar las envolventes de sus edificios mediante fachadas ventiladas o incorporando aislamiento térmico; que ponen toldos o lamas en las ventanas o sustituir sus calderas;

          - Promotores, que apuestan por diseños estudiados para optimizar al máximo las condiciones climatológicas de sus lugares de residencia y el uso de los materiales autóctonos, etc.

          - Ámbito rural: se da un crecimiento constante principalmente en ámbitos rurales diseminados, independientemente de si están o no fuera de ordenación urbanística, de manera doméstica o en explotaciones agrarias tanto para el suministro eléctrico y térmico, como para el control de la extracción de agua para el riego. 

          - Industrias, que apuestan por modernización de los sistemas de seguimiento y control de los consumos, además de implementar la optimización y calidad en la elaboración de sus productos, seleccionando pormenorizadamente sus recursos y sistemas de extracción.

 

          Entender, comprender y aceptar la importancia trascendental de que el medio que nos rodea no es sólo un decorado que nos sirve de fondo y que manipular a nuestro antojo, sino que es el orígen y el medio que genera y sostiene la vida, es la respuesta y llave indiscutible e insoslayable de nuestra sostenibilidad. Las corrientes que irremediablemente nos han ido arrastrando hacia un consumismo frenético y desconsiderado, nunca debieron llevarnos a perder de vista la sensatez de optimizar los recursos que se nos ofrecen y el respeto por preservarlos, para que no se degraden y agoten garantizando así, no ya la habitabilidad, sino la supervivencia de las generaciones futuras.